El balance en lo futbolístico terminó siendo negativo luego de tres empates y una derrota. Quedan quince días para trabajar en lo táctico y armar lo mejor para el debut ante Banfield.
Se terminó el calvario para Olimpo, que se va de Buenos Aires con la cruz a cuestas.
Gran parte de los problemas acumulados durante la pretemporada marplatense quedaron evidenciados ayer, en el último amistoso preparatorio llevado a cabo en el complejo polideportivo de Matías Almeyda, donde los bahienses cayeron por 1-0 ante el Tomba mendocino.
El mal clima, los inconvenientes para conseguir rivales, los partidos en canchas sintéticas y los refuerzos que nunca arribaron, al menos en esta última semana, fueron aspectos negativos para un conjunto que todavía está en formación.
Entre conjuntos de primera categoría la variable a dimensionar resultó el ritmo que le imprimieron los protagonistas. Y en ese aspecto, en general, la iniciativa casi siempre la tuvo el conjunto mendocino.
Más ambicioso Godoy Cruz, con el control del esférico producto de la movilidad de un ex Olimpo, David Ramírez, y el buen trabajo ofensivo de César Carranza.
Omar Asad optó por un equipo plagado de volantes y el audaz sistema táctico de 3-4-1-2, para adueñarse de la mitad del terreno e imponer su juego colectivo apoyado en la sapiencia de su conductor y el aporte permanente de los volantes externos: Villar y Torres.
Olimpo, en cambio, mostró un cambio repentino de último momento --una contractura de Bianchi Arce le dio cabida a Diego Reynoso--, además del ingreso de Cristian Villanueva para cubrir el sector izquierdo, y los problemas que conllevan la falta de sincronización --De Felippe deberá hacer mucho hincapié en los conceptos tácticos-- para establecer el entendimiento entre los refuerzos arribados y el resto de los jugadores.
Con el conocido repertorio de 4-3-1-2, el aurinegro dispuso de un buen momento cuando el balón pasó por los pies de Martín Aguirre, o cuando Galván se desprendió por derecha intentando la sociedad con Delorte, demasiado absorbido por los gigantes Sigali y Curbelo, respectivamente.
Sin posesión de pelota, los bahienses sufrieron con las arremetidas de los jugadores rivales, que en ocasiones fueron objeto de faltas cercanas al área. En una de ellas --la cometió Brum sobre Carranza-- un tiro libre del diminuto delantero exigió una gran respuesta de Tombolini.
En la siguiente jugada, a los 24 minutos, Camargo desbordó por derecha y envió un centro abierto para el ingreso de Salinas. Tombolini, en su afán por controlar el esférico, perdió el balón y posibilitó la definición de Diego Torres, quien de zurda estampó el único tanto del encuentro.
El segundo tiempo las acciones de peligro desaparecieron y el trámite se tornó más equilibrado. Olimpo ofreció mayores respuestas con los ingresos de Schefer, Litre y Furch y, si bien se ganó en profundidad, no fue suficiente para nivelar el marcador.
Godoy Cruz se sintió cómo en el papel de contragolpeador; retrasó sus líneas y le cedió terreno y pelota al aurinegro, que sólo contó con una chance nítida por intermedio de Martín Aguirre, con un disparo de zurda apenas desviado tras un mal rechazo del golero Ibáñez.
La defensa
La lesión de Bianchi Arce motivó el ingreso de Diego Reynoso, quien se acopló mejor a la defensa por una cuestión de que ya conoce los movimientos de Mosset. También resultó productivo el ingreso de Cristian Villanueva como lateral por izquierda, habida cuenta que mostró mucha más salida que Jerez en el partido ante Unión.
El medio
Se lo vio algo perdido a Roberto Brum, aunque hay que entender que Godoy Cruz tiene un mecanismo aceitado para ejercer presión y hacerse de la pelota rápidamente. Con Galván falto de ritmo, a Olimpo se le hace difícil progresar en la zona de gestación.
El ataque
Facundo Castillón sigue siendo el arma más peligrosa a la hora de hilvanar acciones de riesgo, aunque el delantero rosarino deberá practicar mucho la definición. Delorte, en cambio, deberá ponerse a punto. Ante Godoy Cruz ambos tuvieron escasa participación.
